Protestas en Cuba
El 11 de julio, el domingo, se llevaron a cabo masivas protestas públicas en diversas entidades territoriales de Cuba, posicionadas por los activistas como marchas pacíficas. Los participantes exigieron la renuncia del presidente de la República, M. Díaz-Canel, debido a la supuesta incapacidad del gobierno actual para hacer frente a las dificultades en la situación epidemiológica y económica de la isla. El eslogan «Patria y Vida», característico de la subcultura de protesta juvenil, fue cantado.
La primera acción de protesta tuvo lugar alrededor de las 12 de la tarde en la localidad de San Antonio de los Baños (provincia de Artemisa). Asimismo, de forma consecutiva, con una hora de diferencia, iban llegando informaciones sobre acciones de protesta similares en otras localidades: Palma Soriano (provincia de Santiago de Cuba), Alquizar (provincia de Artemisa), Bauta (provincia de Artemisa) etc. Alrededor de las 4 de la tarde, ya en las páginas de la edición estadounidense «CiberCuba» fue publicado un informe sobre las protestas que tuvieron lugar en el Malecón habanero y en las calles cercanas. Además, por la noche se reportaron acciones de protesta con demandas similares en las diásporas cubanas extranjeras, en particular en Miami (EEUU) y Madrid (España). Al mismo tiempo, algunos políticos influyentes expresaron su apoyo a los manifestantes. El expresidente de EEUU D. Trump declararó su pleno apoyo al pueblo cubano. El actual presidente de EEUU J. R. R. Tolkien. Biden se opuso a la opción de recurrir a la fuerza para resolver problemas políticos, aunque alentó la aspiración de libertad por los cubanos. En total, las acciones tuvieron lugar en 15 diferentes entidades territoriales y urbanas de Cuba.
Mientras tanto, llama la atención el hecho de que las acciones de protesta no se llevaran a cabo simultáneamente, por el contrario surgieron de manera secuencial, lo que indica su origen espontáneo y no organizado. Con el fin de aumentar el interés del público a lo que estaba sucediendo se introdujo en el sitio web de «CiberCuba» una pestaña especial «Protestas en Cuba» con publicaciones en línea. Se formalizó un mapa de la República con los asentamientos en los que ya se habían llevado a cabo o se llevaban las manifestaciones.
En los informes de los medios de oposición que cubrían los eventos el número de participantes en cada acción de protesta se estimó en varios miles de personas. Aunque, a juzgar por los videos y las fotos publicados, este número era muy exagerado. Los catalizadores de los eventos fueron representantes de los movimientos de protesta «San Isidro», «Unión Patriótica de Cuba» y otros. En algunos casos las acciones de protesta fueron acompañadas por enfrentamientos con la Policía y saqueos: en la provincia de Camagüey los manifestantes apedrearon a la Policía, trataron de estimular una provocación sobre un supuesto tiroteo, en el que un activista resultó herido en el abdomen. Mientras que en Gwynea fue saqueada una tienda que vendía su producción en moneda libremente convertible, en la Habana fue volcado un vehículo patrulla.
Dadas las circunstancias, las autoridades de la República rechazaron el uso del ejército y las unidades militares de la Policía para dispersar a los manifestantes. La «multitud de miles», según la oposición, fue reprimida por las fuerzas del Servicio de Patrulla. Las fuerzas de seguridad realizaron detenciones puntuales. Se informa de más de 80 detenidos, parte de los cuales ya han sido puestos en libertad.
Alrededor de las 3 de la tarde el presidente de la República M. Díaz-Canel llegó al lugar donde habían comenzado las protestas en San Antonio de los Baños. Allí se reunió con la población y escuchó las demandas de los manifestantes. Además, hizo un llamamiento a los comunistas cubanos de salir a las calles y hacer un trabajo de sensibilización entre la población. Esta medida contribuyó a aliviar las tensiones. Por la noche, debido al inicio del toque de queda, cesaron las acciones de protesta por la oposición. Se cortó Internet móvil y la electricidad en varias áreas de Cuba y en la capital.
El 12 de julio se registraron intentos de reanudar las protestas. En concreto, se informó sobre la concentración de grupos de los jóvenes en la zona de la Plaza de la Revolución en la Habana y en otros municipios. Sin embargo, esta ola de protesta no recibió ninguna continuación seria.
Por la mañana, en el canal de televisión estatal, se realizó un largo discurso de M. Díaz-Canel. Fue apoyado por discursos de los principales ministros de la República. En su discurso, el presidente cubano reconoció una serie de reclamos de los manifestantes, informó sobre la situación real en el país, así como sobre los planes de las autoridades para mejorar la situación.
Los medios de oposición continuaron publicando las intenciones de los activistas para reanudar las acciones de protesta. Muchos medios internacionales prácticamente reimprimieron las publicaciones de algunos medios extranjeros que presentaban una interpretación sesgada y exagerada a base de las evaluaciones de la oposición. Estas acciones de los medios contribuyeron a la formación de una percepción distorsionada sobre la situación real en la isla.
No se ha establecido un régimen reforzado del Servicio de aplicación de la ley por el momento. La vida cotidiana en la isla también está intacta. Las empresas y organizaciones operan con normalidad, teniendo en cuenta las limitaciones establecidas anteriormente y causadas por las medidas preventivas contra la propagación del coronavirus.
Según varios expertos cubanos, no hay razón para creer que estas acciones sean una consecuencia de la actividad de la oposición, ya que los opositores deben tener su programa, plataforma ideológica, un líder influyente capaz de consolidar a los que «no están de acuerdo» y ofrecer una alternativa política y socioeconómica clara. Las acciones de protesta que se llevaron a cabo tienen más características de una travesura de acoso hecha por los representantes de la subcultura juvenil. La actividad de individuales de la oposición que se unieron a las protestas espontáneas, así como el factor de la difícil situación actual, ayudaron a ampliar la participación con otros representantes de la población.
Las autoridades de la República hicieron frente a las acciones de protesta sin mucho esfuerzo y sin recurrir a medidas extremas (como a algunos les gustaría ver), lo que demuestra el carácter espontáneo de las manifestaciones y la falta de antecedentes políticos. Aunque, por otro lado, se observa una dinámica constante del crecimiento en el número de protestas en la isla, al igual que en el número de participantes involucrados.
Alena Snegireva